domingo, 5 de julio de 2015

Reseña de: (Tirano III) – Juegos Funerarios

Título original: Tyrant. Funeral Games
Autor: Christian Cameron
Traducción: Borja Folch
Género: Histórica, Ficción 

Sinopsis: Tras la muerte de Alejandro Magno en Babilonia, el mundo se ha convertido en un gigantesco campo de batalla en el que sus generales se disputan el inmenso pero caótico imperio por él creado. Elegir bando, y saber cuándo cambiar, es un asunto de vida o muerte, pero en un mundo violento e inestable ni siquiera alinearse con los vencedores garantiza la supervivencia.
Los gemelos Sátiro y Melita, herederos de un próspero reino a orillas del mar Negro, tienen que aprender deprisa esta lección cuando una infame traición los convierte, para salvar sus vidas, en desesperados fugitivos. Acompañados por su preceptor, el espartano Filocles, deben emprender un peligroso viaje hacia el oeste, perseguidos por unos asesinos implacables, esperando hallar refugio en Alejandría, la ciudad más extraordinaria del mundo antiguo. 
En medio de la tormenta y convertidos en peones de la enmarañada red de alianzas y conspiraciones que conducirá a un monumental enfrentamiento final Sátiro y Melita tendrán que volverse adultos sin dilación y atender a la llamada del destino.
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Quiero comenzar diciendo que para mí fue mucho más difícil de lo usual terminar este libro. No estoy segura de por qué, yo culpo a los protagonistas, pero la verdad es que no hay razón.

Dicho esto, les hablaré de los personajes. Comenzando con los gemelos, los hijos de Kineas, Sátiro y Melita. En este libro son los protagonistas, y son sus voces las que nos presentan la historia. Los personajes de Christian Cameron acostumbran estar bien hechos, y no es la excepción en este caso, pero simplemente no pude conectarme con los gemelos tan bien como lo hice con Kineas. Aún con Filocles, Srayanka o cualquiera de los otros personajes anteriores. Creo que el motivo es que son unos niños - y no es que yo sea una señora - y durante el libro vemos "su crecimiento", un crecimiento en el que no encontré mi lugar. De cualquier manera, aprecio las diferencias que les impregnó, porque siendo gemelos siguen siendo personas individuales, aún compartiendo muchos de sus aspectos. 
También puedo decir que me gustó la forma en que comienzan estando sintonizados y poco a poco las situaciones a las que se ven forzados los dirigen hacia diferentes caminos. Por ejemplo, que Melita tuviera que ceñirse a la sociedad griega, en la que las mujeres no pueden salir de sus casas, mientras que Sátiro disfrutaba de la formación militar a la que ambos aspiraban, hizo que desarrollara aspectos de su personalidad que no habían sido necesarios al comienzo.
Y por otro lado, al crecer Sátiro adquiere responsabilidades que lo acercan al destino que le tienen preparado. Es hacia el final del libro en el que por fin me encariñé con los gemelos, porque las presiones que se juntaron a lo largo del libro provocan un problema en el que "se dejan salir". Tal vez sólo fue que prefiero leer sobre una batalla que sobre las artimañas políticas de otros.
En fin, aparecen muchos personajes, como siempre. Pero como los protagonistas son unos niños los demás quedan fuera de su esfera y se concentran en los amigos más cercanos a su edad. Aquí aparecen también Filocles, Eumenes, Coeno, León, Safo, Diodoro, etc. Fue una cosa buena que reflejaran su edad en su comportamiento, porque tanto Eumenes como León dejaron de ser los muchachos alocados para convertirse en hombres maduros. León es ahora un comerciante muy próspero, Diodoro dirige una compañía mercenaria de caballería, Safo al fin volvió a ser una matrona y dirige la casa en la que viven...

Pero bueno, ya fue suficiente de hablar de personajes. La trama también tiene sus detalles buenos y sus detalles malos, en mi opinión. Aunque es un poco injusto decir que los "detalles malos" son malos en realidad. Juegos funerarios toma lugar como 12 años después del final de Tormenta de flechas, luego de que la muerte de Alejandro Magno fragmentara el mundo y lo sumiera en una guerra entre sus generales, que se disputan los restos del imperio. Más específicamente, comenzamos viendo un poco la forma en que el legado de Kineas prospera en forma de Tanais, la ciudad que fundó a orillas del Mar Negro cuando marchaba contra Alejandro, y en sus hijos, los gemelos. Y la aventura comienza cuando ellos tienen que huir para salvar sus vidas, acompañados de Filocles y Terón, su nuevo instructor.
Y luego de varias cosas acaban en Alejandría, ciudad en la que tendrán que terminar de crecer y en donde empiezan a verse los adultos que serán.

Lo "malo" de la trama fue que es una historia muy fragmentada, porque se centra en los gemelos y ellos son el blanco de varios movimientos en el mundo. Pero la historia sólo se complementa con esos movimientos, en lugar de tratarlos. Osea que hay muchas cosas ocurriendo al mismo tiempo, pero la vida de los jóvenes transcurre en otras esferas, y por eso hay varias cosas que se quedan opacadas, como para retomarse en algún futuro. Otras quedan cortadas.

Lo bueno es que eso centró la historia, habría sido una serie mucho más larga y más errante si Christian Cameron hubiera querido escribir sobre la caída de Alejandro Magno o sobre el auge de Tanais, que realmente no parece que fuera interesante.
Y una vez más fue patente que el autor tiene experiencia militar, más en la parte en que Sátiro y Melita viven una aventura naval. No quiero entrar en detalles, pero diré que fue detallado. Un par de cosas se me escaparon, pero en general entendí toda la dinámica y siempre es interesante aprender cosas inútiles. Inútil porque no sé de qué podría servirme saber cómo se gobernaban los viejos barcos.

En fin, con todo lo bueno me di mis buenos cabezazos para terminar de leer el libro, en parte porque la historia estaba contada por partes y era fácil soltarlo, pero más que nada porque no me conecté con los protagonistas. Aún no entiendo porque con Kineas sentí más empatía, si era un hombre mayorcito que sólo conocía la vida militar, y que en cambio el personaje con el que menos sentí conexión fue Melita, la jovencita que no quiere ponerse a coser con las mujeres. 
En la última parte estuve más interesada y parece que en El rey del Bósforo volveremos con las andadas al Euxino. Así que me siento curiosa por seguir leyendo la serie.

En resumen, Juegos funerarios no pudo engancharme por varios motivos, sin embargo sigue siendo un libro digno de darle tiempo. Nos narra un mundo quebrado por la guerra y la forma en que unos niños tienen que enfrentarse a él. Personajes bien construidos y se percibe una base fuerte, Christian Cameron sigue siendo un gran autor.

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